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miércoles, 19 de marzo de 2008

Pregón del carnaval 2007

¡Buenas Noches!

Un año más llegó febrero y otro año más vuelve el carnaval, otro año más se escucha un compás al ritmo de bombo y platillo por las esquinas de este barrio tan carnavalero.
Cuando me propusieron ser el pregonero de estas fiestas, la verdad es que me asusté un poco ya que es una gran responsabilidad. Además he tenido un gran predecesor, y no solo por el tamaño de su cuerpo o de su cabeza, porque el palma es grande y cabezón, sino por ser un gran carnavalero, una gran persona y un gran amigo.
Por otro lado ¿Qué le digo yo al Barrio Obrero de su fiesta que ellos no me puedan decir a mí?
Al final decidí que sí, y ¿por qué? Aun me lo pregunto, pero la verdad es, que para cualquier carnavalero es un honor pregonar estas fiestas en su pueblo.
Dicen que este carnaval ha tenido tres grandes épocas a lo largo de la historia, y que dos de ellas se desvanecieron con el tiempo. Yo solo he conocido dos. Me gustará hablar de todas, pero no creo que ustedes os merezcáis que yo os duerma con mi sermón. Me gustaría contaros algunas cosas de las que viví y otras de las que estoy viviendo.
Cuentan los más viejos, que hace mucho tiempo, en Almonte había un carnaval muy divertido y pintoresco, un carnaval en el que las calles se adornaban con piñatas y los mocitos perseguían a las muchachas para llenarle la cara de harina y añil, eran otros tiempos y era una forma de ligar. Pero eso fue ya hace mucho tiempo, yo aún no había nacido, pero por las calles de Almonte, había un continuo ir y venir de gente buscando un rato de diversión y reírse un poco con las murgas y charangas que recorrían esas calles y plazas adornadas. Ese carnaval se disolvió en el recuero de los mayores.
Más tarde, vino el carnaval que muchos de los que estamos aquí recordamos, y es el espejo en el que todos los que nos gusta está fiesta deberíamos de mirar, por tantas y tan buenas cosas.
Recuerdo como muchas calles de este pueblo se vestían para la ocasión y había un jurado que premiaba el buen hacer de los vecinos, que pacientemente hacían cadenetas, decoraban el suelo, ponían luces o simplemente abrían las puertas de sus casas, para que ese ambiente festivo penetrase en los soportales de aquellas viviendas, que al ritmo de un tatarachín chirigotero parecían moverse en un baile efímero que duraba lo que duraba febrero.
Permítanme que los recuerde y los anime:Quien no recuerda a la calle Lepanto y el carro de gitanos de Amparo Espinosa.
El camino de la Cerca con su comparsa donde Juan José el Pero era uno de los personajes a tener en cuenta, como le pasa ahora en su chirigota.
La calle Rábida, carnavalera de esquina a esquina, con su remolque de tractor, que hacía las funciones de escenario, en medio para que las agrupaciones que normalmente salían cantaran a sus vecinos.
Otras no le quedaban a la saga y configuraban esa composición de calles alegres que le daba a esta fiesta el ambiente popular que nunca debe perder el Carnaval. Pérez Galdós, Bécquer, y los intentos en la barriada de la constitución afianzaban ese mosaico de calles coloristas que animaban los días del mes más corto del año.
Y como no el barrio obrero, no crean que me olvido de ustedes, lo que pasa es que de ustedes hablare después.
No solo son las calles del pueblo las que afloran en mi mente en forma de recuerdos, sino, como además acompañado de algún amigo, recorría esas calles detrás de las agrupaciones y como Marcos el zapatero se volvía para invitarnos a una fanta, mientras ellos se bebían su mosto o compartía conversación con mi amigo Eugenio Escolar que tocaba la guitarra en la comparsa “y cerca que llegó Colón”.
Muchas fueron esas agrupaciones que salían a cantar por las calles, en escenarios improvisados que se montaban en aquellas que estaban adornadas, y como no, también fueron pioneras las mujeres del Barrio Obrero, (haber cuando os animáis otra vez). En nuestro primer año de chirigota lo mencionamos en el pasodoble que ahora recuerdo.

Donde, están los carnavaleros
Que hace tiempo nos vinieron a cantarle a mi pueblo en carnavales
Ay donde
Que me vienen al recuerdo sus coplillas y canciones

Pues eso, que os echamos de menos cantando en la fiesta y no solo haciendo la gran labor que hacéis. Permítanme el atrevimiento de nombrarlas a todas y las zonas que la sacaron. Desde el Barrio Obero fueron cinco las que salieron, la primera “Lo que el viento se llevó” esas brujas con un disfraz tan bien elaborado ¿era de bolsas de basuras? No lo recuerdo bien, pero si lo simpático que estaban, Al año siguiente se animaron a sacar las arañas marchosas que fue la comparsa adulta del barrio y esas niñas con sus faldas azules, su pañuelo en la cabeza y su blusa blanca que se llamaban las pescadoras.
Más tarde sacaron la comparsa “Luz de Luna” o las lunitas como se conocieron, aún recuerdo el trozo del popurrí de la chirigota del meloja y compañía, que bonita las lunitas que graciosas y elegantes, parecía una manada de colmillos de elefantes. Por último sacaron Arco Iris de Fantasía y ahí se quedaron esperemos que hasta el año que viene.
Mientas a compás de 3x4 nacía la chirigota de la calle Rábida con esos “Pirata de Matacañas” para sacar al año siguiente esa chirigota de locura, Los locos con su jaula y todo. Pero sin duda fue con la chirigota “una comidita ligera y el marido ni se entera” donde consiguieron uno de los tipos más originales de la fiesta. Todos recordamos a los Huevos fritos con perol y todo. Una pena que esta chirigota se perdiera para no salir más después de las marionetas.
Además acompañaban las dos anteriores, la comparsa del camino la Cerca o calle Cristóbal Colón, que sacaron “Y cerca que llego Colón”, “arrastro en bastos” el año de la peste equina por eso solo eran sotas y reyes y antes de estás dos los arlequines.
Muy buenos recuerdos. Además salió una chirigota que venía de la barriada de la constitución que se llamaban los zombis y estaban configuradas por niños.
También se celebraban otros actos que desde aquí reivindico, como era la elección de la reina mayor del carnaval al igual que la infantil que seguís realizando y que abría el desfile en una carroza que aportaba el ayuntamiento.
Pero todo eso pasó, y aquí estamos, otros locos, otro apasionados de la fiesta ante el resurgir de este Nuevo Carnaval. Este Carnaval que a mi me parece chispa más o menos como el anuncio de la Coca cola.
SI, si.
Ese que decía para los altos (aquí el Palma tiene mucho que decir) para los bajos, (el Rabonito), para los guapos (cualquiera de los niños que se coronan hoy), para los feos, (otra vez le tocó a Juan José el pero) para los serios (Juan Jesús) para los locos (el Juanfran), para los que se enrollan (Pedrito el locutor, vaya parla que tiene la criatura), para los que participan (todos los vecinos del barrio obrero), en definitiva el anuncio de la coca cola.
Pues si eso puede pasar, es gracias, única y exclusivamente al Barrio Obrero. Es digno de admiran a todas las personas que hacen cosas desinteresadamente, y si esas cosas además son para divertir a los demás, aun mucho más.
Un barrio que estuvo en aquellos momentos que relaté anteriormente y que después de mucho tiempo aquí está, ha sabido mantener esa llama encendida para que todos los que amamos la fiesta del Dios Momo, hayamos tenido la oportunidad de sumarnos a los actos que ellos organizaban. Desde su Pasacalles, sus piñatas, su entierro de la fresa. Y siguen haciendo que este barrio cuando llega febrero se vista de luz y color, y dé paso a la alegría que esta fiesta tiene.
Además han conseguido convertir lo efímero en eterno. Han sido capaces de convertir la calle en el teatro de los sueños. Han sido capaces de salir de su barrio y llegar a otros rincones con su pasacalles, y sumando grupos en su desfile. Me gusta más con las carrozas intercaladas, pero esta claro que esta fiesta es vuestra, que la habéis sabido mantener y que nosotros siempre nos sabremos adaptar a vuestras decisiones.
Sois un grupo de personas que habéis conseguido, que poco a poco esto haya ido mejorando, que los que estamos ahora en esto tengamos ilusión. Los Numbers one, la Barriada de la constitución, los llanos, el Rocío, Matalascañas, la zona del Lince, y la asociación a la que yo pertenezco, el Portal.
Déjenme un poquito para darle las Gracias a todos mis compañeros por estar en los momentos difíciles, y este año lo era, nos hemos echado para adelante y hemos vuelto a salir, y el año que viene con más ganas. Gracias Alonso, Pincho, Palma, Faraco, Mirlo, Juanfran, Juan Jesús, Juan Antonio, y Repilao, por estar ahí, si no es por ustedes seguro que tampoco hoy estaría aquí, y a todos los que nos acompañaron en los negros, los monaguillos y los caracoles.
Además recordaré las chirigotas de ahora las que ha sacado Rubén y su gente, desde las horteras del mojo Picón, los mejicanos de Guate aquí hay tomate, los superhéroes, las adivinas, los presos y los enfermos de este año, las de la barriada de la constitución, las monjas y las marujas, que arte y que disfraz más de eso: marujas, y que espero de corazón que vuelvan a salir y a demostrarnos ese arte que tienen, al igual que esa chirigota de los llanos, con sus piratas y el año pasado con su “cuadrilla del rabo pelao” Venga niña que hace falta gente empujando en esta fiesta.
Pero terminaré con ustedes, los verdaderos protagonistas de la fiesta, y además pidiendo a las instituciones que se involucren un poco más si cabe en estas carnestolendas que trasmite alegría e ilusión, esta fiesta de Don Carnal en la que los políticos siempre deben estar preparados para las críticas, donde los ciudadanos esperamos reírnos con una broma hacia alguien conocido, en definitiva en hacer de la ironía y la sátira una parte más de nuestras vidas.
Y por eso me gustaría decir que cuado llega febrero, Almonte mira hacia el alto del chaparral ya que a lo lejos se vislumbra aquellas bombillitas de colores que dice que tenemos una fiesta que celebrar, a unos vecinos que acompañar, a unos chirigoteros que escuchar y aplaudir, una orquesta con la que bailar, y un barrio al que admirar.
Pues como el final de febrero, este pregón llega a su fin, habrá a gente que le haya gustado, a otros que no, pero nadie me podrá negar la ilusión que he puesto en él, y los ratos que le he quitado a mi tiempo libre, aunque con gusto para poderos decir unas palabrillas. Gracias también a Ángelica, que ella es la que sufre esta locura transitoria que tengo y que tantas noches me lleva lejos de ella para solo poder premiarla con un beso, porque cuando llego ya está dormida.
Por todo lo dicho, llevemos a febrero en el Corazón, porque febrero tiene un rinconcito del suyo para todos nosotros.

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