Ya vamos por:

contador de visitas

viernes, 16 de octubre de 2009

Febrero, ni conmigo ni sin mi.

Todo largo recorrido empieza con un primer paso. Pero también es cierto que todo lo que empieza tiene un final. Pues bien, este año cuando las calles se adornen con banderas y farolillos multicolores, cuando las luces de las máscaras se enciendan, cuando el redoblar de una caja, el golpe seco de un bombo, el tintinear de un platillo o el rasgueo de una guitarra marquen los ritmos que dan vida a febrero, este año no estaré yo para cantarlo.
Esa sensación que se apodera de ti cuando minutos antes de una actuación estás dando ánimo a tus compañeros, esos abrazos cuando has terminado porque has dado lo que tenías dentro o ese disfrutar en las tablas mientras Alonso da sus golpes de caja, David Masero baila como nadie, Joselito con su bombo este año estrenado, el Palma con su grandeza sonriendo, el Pincho en su retorno con sus puntos, el Pero con sus ganas de carnaval, Moisés con sus cancioncillas chillonas haciéndome reír, Juan Antonio con su saber estar, Sixtocon su ritmo bailando recién descubierto, Juanma con su arritmia y falta de oído pero su compromiso, y Juanjo con su ilusión; pues esa sensación no la viviré este año, ni yo ni todos ellos.
Lo que en septiembre empezó en octubre acaba, y es que cuando no puede ser, no puede ser y además es imposible. Eso es lo que nos ha pasado este año, y por ello no estaré en febrero con las venas del cuello hinchadas mientras canto un pasodoble. Pero ahí estaré para que cuando todo se solucione volver a sacar mi guitarra de la funda y diga, señores callarse que vamos a empezar.





El tiempo en Almonte